El amor
engañoso (Baudelaire)
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Cuando te
veo cruzar, oh mi amada indolente,
Paseando el
hastío de tu mirar profundo,
Suspendiendo
tu paso tan armonioso y lento
Mientras
suena la música que se pierde en los techos.
Cuando veo,
al reverbero del gas que va tiñéndola,
Tu frente
aureolada de un mórbido atractivo
Donde las
luces últimas del sol traen a la aurora,
Y, como los
de un cuadro, tus fascinantes ojos,
Me digo:
¡qué bella es! , ¡qué lozanía extraña!
El taraceado
recuerdo, pesada y regia torre,
La corona, y
su corazón, prensado como fruta,
Y su cuerpo,
están prestos para el más sabio amor.
¿Serás fruto
que en otoño da sazonados sabores?
¿Vaso
fúnebre que aguarda ser colmado por las lágrimas?
¿Perfume que
hace soñar en perfumes lejísimos,
Almohadón
acariciante o canastilla de flores?
Sé que hay
ojos arrasados por la cruel melancolía
Que no
guardan escondido ningún precioso secreto,
Bellos
estuches sin joyas, medallones sin reliquias
Más vacíos y
más lejanos, ¡oh cielos!, que esos dos tuyos.
Pero ...¿no
basta la más sutil apariencia,
para Alegrar
el corazón que huye de la verdad?
¿Qué más dá
necedad , o qué más da indiferencia?
Yo Te
saludo adorno o máscara; Yo adoro tu beldad.!
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